“Una cuestión interesante de la curaduría, más allá del sentido y el recorte, es el cómo mostrar esas obras y cómo se exponen en relación al contenido”

Nerina Frediani es curadora de arte y nos contó por qué escogió la carrera y la profesión. Actualmente se desempeña laboralmente en un museo de CABA pero estuvo en Chivilcoy con el propósito de hacer la curaduría pictórica para la obra de teatro ‘Museo Medea’.

Entrevistada en Radio del Centro, Frediani en principio comentó que, “Cuando era muy chica hice teatro, siempre fui a talleres de dibujo y pintura, sabía que me gustaba algo relacionado a las artes pero también que no quería ser profesora. Estaba en la búsqueda, encontré en Internet acerca de la curaduría en artes sin saber qué era pero consideré que podría ser por ahí y me encontré con una carrera muy interesante que todo el tiempo está repensándose, es muy nuevo para todos, cursando y preguntándome qué era la curaduría, con muchas respuestas pero cada uno dándole su perfil a la profesión”.

Frediani  estudié curaduría de artes en la Universidad Nacional de las Artes.

-¿En qué disciplinas del arte se desempaña una curadora?

-Se puede ser curadora de cualquier disciplina y lo que está bueno de la licenciatura es que hay una mirada muy abierta donde se trabaja desde artes visuales hasta artes musicales, del movimiento, dramáticas. Aparece más la idea del curador o curadora ligada más a las artes visuales, lo primero que aparece y vemos es ir a un museo, observar una muestra y aparece mencionado el rol del curador con el título de la muestra, los artistas que participan conjuntamente con el curador o la curadora o equipo curatorial que es muy interesante con respecto a corrernos de la idea individual para trabajar de manera colectiva porque me parece muy interesante aquello que se pone en juego en tal sentido.

Cuando nos recibimos el proyecto de graduación está planteado de manera grupal y si bien aparece la figura de los curadores también se entiende que cuando se trabaja en un museo o institución siempre se está desarrollando una labor con más personas, entonces es interesante la práctica y el diálogo en equipo.

Después está la curaduría ligada a lo social que está muy relacionada al hecho de tener un montón de oferta cultural y se hace un recorte para determinar qué se muestra en una exposición en relación a los artistas como asimismo obras a exhibir entonces es interesante que no haya una sola voz que determine si no varias voces participando apareciendo la idea de curaduría colectiva.

La curaduría tiene como un rol social y político en cuanto a aquello que se muestra y que no se muestra. Cuando recién empezás las otras voces enriquecen muchísimo y en las primeras muestras desde la inocencia también se proponen curiosidades e inquietudes que otras personas con más experiencia pueden pasar por alto.

-¿Qué puede buscar un artista en la curaduría?

-Por un lado está la cuestión de aportar una mirada por fuera del artista y la curaduría puede abordar desde un análisis más social lo que está mostrando esa obra porque quizás el artista quiere mostrar una cosa pero de repente todos los demás vemos otra. Está esa mirada más lejana donde podemos aportar en un montón de aspectos que el artista no está notando o sí pero que se puede profundizar. Cuando trabajé con la obra de Tomás Paz, tenía su idea y su obra pero encontrar los puntos de conexión entre lo que pretendía mostrar y desde el otro lado, ese ojo un poco más analítico u objetivo mira, que no deja de ser subjetivo pero se tiene un punto de vista con más distancia que el artista y la observación está más puesta en lo social.

Nunca hay que olvidarse de la mirada del espectador porque es la que todos los demás observan no solamente el conocimiento más técnico y minuciosa si no en definitiva qué estamos viendo.

Es otra cuestión interesante de la curaduría que muchas veces no se dice tanto que abarca, más allá del sentido y el recorte, el cómo mostrar esas obras y cómo se exponen en relación al contenido pero qué se pone adelante cómo se cuelga.

-¿La curaduría proporciona un sentido a la muestra?

-Cada proyecto es muy particular pero siempre hay un eje, un concepto, una idea que une a esas obras como asimismo aquello que se quiere transmitir desde la curaduría, desde el artista en particular o esa selección. También se plantea las posibilidades que tiene cada obra y buscamos la manera de ubicarlas siempre pensando en algún eje, en una idea, aquello que se quiere transmitir.

En caso de plantearse una serie como sucedió con la obra de Tomás (Paz) y lo interesante de ella era su cronología, entonces no se podía colgar la primera al principio y la última después si no que debía seguirse esa cronología porque le sumaba peso a la idea de la obra que el autor pretendía transmitir, si se trabaja con una serie más abstracta pero sin la idea de sesiones, una después de la otra ya se podía colgar de otra forma. Nos pareció interesante que en la idea de cronología aparecía un cierto desarrollo de la figura que sumaba mucho a aquello que el artista había trabajado en su obra y quién llegaba interpretaba que había algo.

-¿Los espacios de la muestra y la curaduría?

-Sí, en el caso de la muestra de Tomás (Paz) que fue en Almafuerte Usina Cultural ambos consideramos que era el sitio indicado porque más allá de un espacio en cubo blanco tenía la cuestión de ser muy íntimo. Después hacer Museo Medea en Teatro La Cueva no se puede obviar que el espacio condicionará y no solamente en la forma si no por el público que convoca.

-¿Cómo fue hacer la curaduría para una obra de teatro como ‘Museo Medea’?

-Romina (Legnani) me convocó, me contó un poco sobre la obra y la idea fue armar una curaduría que es parte de la escenografía pero también tiene como un peso muy importante dentro de la trama y de lo que pasa. Había mucha potencialidad y estuvo bueno que la directora de la obra enseguida haya resuelto hacer algo interesante en relación a las obras de arte. Mi idea desde la curaduría fue pensando más en el personaje de ‘María’ que arma el espacio en la obra y lo que haría sin subestimarla porque no se formó pero quería hacer algo con eso trabajando desde la motivación que tiene el personaje en seleccionar a las artistas para armar la muestra dentro de su casa.

-¿Cómo fue la selección de las obras pictóricas?

-La búsqueda fue toda por Internet debido a que estaba en Buenos Aires, a algunas artistas ya las conocía por una cuestión generacional y luego fue empezar a observar obras de artistas con más trayectoria, todas de Chivilcoy a excepción de una que es de Junín. Fue una búsqueda por Internet al principio dejándome llevar porque para mí ‘María’ quería convocar gente a la casa de la señora y con esa idea mucho más sensorial e intuitiva fue eligiendo. Después cuando encontré las obras que visualmente me parecían más atractivas me metí un poco más con las artistas, con sus obras y encontrar qué contaban porque muchas tienen otro relato también. El propósito siempre, con las obras de artes plásticas, fue que acompañe a la obra de teatro, que sea lindo de ver y pensar en lo estético principalmente. En la obra se habla mucho del arte contemporáneo y entonces, traté de acercar ese arte contemporáneo de Chivilcoy al público que concurrió al teatro en relación a aquello que proponían las obras de las artistas locales. Un personaje que seleccionaba una obra que le gustaba pero también algo que creía ser arte contemporáneo y no estar tan lejos tampoco, me parecía interesante que las obras tengan diversos materiales para encontrar cuestiones un poco más abstractas y generen un impacto en el público pero sin que salgan mucho de aquello que se está acostumbrado a observar en la ciudad teniendo en cuenta que mayormente el público que se iba a acercar frecuenta más los teatros y no tanto que van a museos.

Las obras cambiaron muchas veces de lugar hasta que quedaron como pretendíamos y decidimos la obra también con la que ‘María’ (Catalina De La Torre) iba a hablarle al público debido a que con ella se abre la función.