Realmente le metimos mucho empuje para que la malvinización siga adelante y no se pierda
La causa de Malvinas “la única que une a todos los argentinos”, como expresa el presidente y veterano de guerra, Oscar López, logró trascender con el correr de los años al 2 de abril. Actualmente, se habla de Malvinas en cualquier momento del año siendo convocados los veteranos a brindar charlas en las escuelas pero también hoy cuentan con instituciones que llevan el nombre de las Islas, con acceso un espacio público, con diferentes accesos que reconocen su labor patriótica e incluso con libros donde cuentan sus historias de vida.
Sin embargo, hay más objetivos a transformar en meta como poder volver a las Islas sin tanta burocracia o no tener que estar luchando constantemente por sus derechos y aquello que les pertenece.
De esta manera, lo expresa Oscar López en una entrevista con Radio del Centro donde además nos recuerda su antes y después en las Islas.
La malvinización avanza
Cambió mucho a partir de 2016 cuando pudimos tener el espacio físico propio pero ya veníamos desde hace algunos años antes trabajando a partir de brindar charlas en las escuelas. Realmente le metimos mucho empuje para que la malvinización siga adelante, no se pierda y logramos que vaya sucediendo.
Después le agregamos la vigilia que el primer año tuvo un movimiento más tranquilo pero a partir de la segunda edición la gente se interesó mucho más, nos acompañó un mayor número de personas y nos brindó mucha fuerza para seguir adelante. La malvinización en las escuelas no tiene que perderse ni tampoco hablar de Malvinas únicamente el 2 de abril debido a que estamos vigentes todo el año, dispuestos a que nos llamen y de hecho, así sucede porque estuvimos el viernes en el Colegio Santa Cecilia en un gran acto que realizaron en el mencionado establecimiento educativo, por la tarde fuimos hasta Gorostiaga.
Tratamos siempre de cumplir con quienes nos convocan, queremos estar para que la causa Malvinas continúe vigente para seguir adelante y es lo que hacemos.
Sentimos que la sociedad ahora nos reconoce, saben que fuimos veteranos de Malvinas y agradecemos también la forma que nos tiene en cuenta el municipio invitándonos a todos los actos oficiales que nos ayudó también a la visibilización”.
Su llegada a Malvinas
En mi caso estaba en el portaaviones, navegábamos aunque sin tener información. Estábamos realizando navegaciones de práctica, todos los simulacros de la misma manera que si estuviésemos en guerra, cargábamos municiones, armas y combustibles a los aviones que incluso también despegaban, hasta que un día regresando de otra navegación debido a que ya tenía 8 o 9 encima con 17 mil millas encima, iban a darnos franco para volver a casa pero cuando llegamos no dejaron desembarcar a nadie, no sabíamos que pasaba porque empezaron a cargar víveres, combustible y todos nos preguntábamos si saldríamos a navegar nuevamente o nos iríamos de franco. Estuvimos una semana cargando cosas hasta que el 28 de marzo, alrededor de las 17, el barco zarpó y nos fuimos a navegar otra vez sin ninguna información y el 2 de abril estábamos en Malvinas porque se había tomado a las 6 sin que nosotros supiéramos nada, ya estábamos ahí. El día siguiente empezamos a escuchar rumores pero ninguno nos expresaba de firme que estábamos en guerra, de hecho solamente circulaban comentarios que teníamos un inconveniente con Inglaterra, que estábamos haciendo una guardia, pero nadie decía que se había tomado Malvinas y ya habían muerto dos o tres personas aunque a los pocos días sí nos llegó información que estábamos en un conflicto con Inglaterra. Así tuvimos los 74 días de guerra hasta que volvimos y mi familia nunca tuvo información, lo único que sabían es que estaba en el portaaviones y que todavía estaba a flote”.
El regreso al país luego de 42 días en las Islas
Una vez en Argentina, muchos veteranos no hablaban de su participación en el conflicto bélico porque no les daban trabajo, los tildaban como ‘los locos de la guerra’ y muchos sí les daban trabajo pero cuando se enteraban que tal persona había regresado de la guerra de Malvinas, los terminaban despidiendo. En Chivilcoy no sucedió tanto afortunadamente pero en Capital Federal sí ocurría, de hecho en mi caso tenía un trabajo y cuando me fui a Malvinas mantuvieron mi puesto, cuando regresé a Chivilcoy pude continuar trabajando normalmente que fue una gran ayuda, continúe la vida que tenía pese a los post guerra y todas las cosas que tenía en la cabeza, pero encontré una contención en la faz laboral y personal. Cuando me dieron de baja, una vez terminada la guerra, a mí me recibieron con los brazos abiertos y el patrón contento que había regresado e incluso en los dos francos que pasé a visitarlo, mientras hacía el servicio, me dio dinero para que me llevara y la verdad que debo valorarlo. En ese momento, trabajaba en Transporte Pachaquín y la verdad reconozco que el dueño se portó muy bien conmigo, jamás me dejó sin trabajo.
A nuestro país le falta patriotismo porque a una persona que venía de Malvinas con más razón le tenían que ofrecer un puesto de trabajo sabiendo que volvieron de las Islas con las manos vacías, al contrario, los echaban. Por eso, destaco que en Chivilcoy mayormente no sucedió. Además, con un puesto laboral incluso hasta se podrían haber salvado vidas ofreciendo a esa persona que volvió de la guerra una contención.
La pensión en el tiempo
La primera pensión que nos sacan fue en la década del ‘90 pero daba risa realmente a punto tal que la jubilación mínima era una fortuna en relación al dinero que nos daban a nosotros; ahí empezamos con los reclamos, a movilizarnos hasta que llegó el gobierno de Kirchner para empezar a tener una pensión un poco mejor y también nos brindó la posibilidad de visibilizarnos, empezar a llegar cada vez con la causa, ofrecer distintas charlas.
La pensión se mantiene pero es una lucha constante, no es que estamos sentados en nuestras casas si no que muchos veteranos siguen movilizando, la burocracia continúa, seguimos haciendo trámites yendo a revisaciones, somos veteranos de Malvinas desde el año 1982 y hasta que nos vayamos de este mundo seremos veteranos de Malvinas, sin embargo, la burocracia hace que permanentemente tengamos que ratificar nuestra condición. Siempre tenemos que estar dando lucha para reclamar algo que nos pertenece cuando ni siquiera tendríamos que hacerlo si no que deberíamos recibirlo directamente.
Los libros
Nos hicieron notar que realmente la causa fue única en nuestro país y poder plasmar el relato de la experiencia personal de Malvinas en un libro es muy importante debido a que quedará en la historia. De hecho, cada uno tiene una experiencia diferente aunque hayamos estado en el mismo lugar y es bueno que hayan quedado plasmadas en un libro para que el día de mañana conozcan también nuestra historia. Una buena iniciativa de Leandro Lemme, de la Peña Virgen de Loreto, que se la comunicó a Ricardo Zapata y luego me contaron a mí, arrancando todo el proceso.
El requisito fue donar un libro a cada escuela para que en sus bibliotecas haya un ejemplar nuestro y así lo hicimos. No obstante, anteriormente teníamos otro libro realizado por el Colegio Crear a través de sus alumnos donde concurrimos a dar charlas y contar nuestras historias.
El volver a Malvinas
Tenemos argentinos en las Islas y por eso, considero que no deben ser trasladados los caídos que se encuentran en el cementerio de Darwin. Hay muchos argentinos que están en las Islas y tienen que seguir ahí, no traerlos al país. Igualmente seguimos con el inconveniente de no poder ingresar si no firmamos el pasaporte pero ningún gobierno le puso ganas al tema Malvinas, dicen alguna cosa cada tanto vía diplomática, como corresponde porque era la manera de evitar el conflicto aunque se esperaron 149 años ya que llegando a los 150 perdíamos todo derecho a reclamo todo innecesario y por una cuestión política terminamos en guerra. Ahora, tenemos una Vice que es hija de un veterano de Malvinas y ojalá pueda lograr que un veterano regrese a Malvinas con acceso directo cuantas veces quiera”.

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