“No hay propuestas económicas si no una idea en relación hacia dónde pretende apuntar cada uno"
Las medidas económicas de los presidenciables, la posibilidad de tener un peso fuerte, una posible dolarización o un peso atado al real, fueron algunos de los temas que tocamos en Radio del Centro con el economista local, Martín Herscovich.
También le pedimos opinión acerca del billete de $2 mil y si tiene algún impacto en los mercados la decisión de Alberto Fernández de no ir por la reelección.
-¿De las propuestas económicas de los presidenciables alguna que te convence más que otra?
-En realidad no hubo ninguna propuesta en sí, tiraron frases o medidas que pueden llegar a tomar en caso de asumir la presidencia. La medida más resonante es el caso de Milei con su iniciativa de dolarización pero en una campaña política lo mejor es decir lo menos posible, ningún candidato explicará el programa económico a implementar, cómo piensan llevarlo a cabo con sus pro y sus contras de cada uno. Larreta dice que tiene un plan integral para crecer y cuando está claro que Argentina necesita crecer, el punto es cómo hacer. Milei habla de dolarización pero no explica muy bien como. El impacto lo produce el título por qué quién se va a poner a analizar si la propuesta es viable técnicamente o no.
En contra posición a lo expuesto por Milei, surge la iniciativa de Espert, las dos patas liberales más fuertes actualmente que tiene el país, sale a hablar de revolizar el paso aunque éste último se encuentra jugando en Juntos por el Cambio. Espert no habla de dolarizar si no de crear un peso nuevo, el peso libre. No hay propuestas económicas si no una idea en relación hacia dónde pretende apuntar cada uno de asumir la presidencia.
-¿Qué requiere cada medida en específico?
-En principio, tiempo porque en economía nada es inmediato porque pese a ser una ciencia, está el factor humano que tenemos intenciones, decisiones y las medidas que toman siempre demandan de un tiempo hasta que se plasman efectivamente en la sociedad. De hecho, ojalá no lleguemos a eso, tuvimos hiperinflación en 1989 teniendo que hacerse cargo la presidencia de Menem y tuvo que convivir con ella durante dos años porque la convertibilidad recién se instala en 1991. Los programas que apuntan a bajar la inflación tardan 5 o 6 años hasta tener una cifra normal.
-¿Se puede volver a tener un peso fuerte?
-Espert me parece un economista reconocido, consecuente con sus ideas a lo largo del tiempo. Menciona que hay una necesidad imperiosa de bajar el gasto público y eficientizarlo, privatizar empresas públicas, flexibilizar las leyes laborales y aduce que llevando a cabo todas esas acciones se puede bajar la inflación con un Banco Central autónomo, que no sea el prestamista permanente de un estado que debería tender a no gastar demás y tener un déficit normal, podríamos tener un peso fuerte y es lo que básicamente hacen todas las economías del mundo como ocurre con los países que tenemos al lado. Los países vecinos tienen 3, 4, 8 por ciento de inflación anual, mientras que, Argentina tuvo 7,7% en marzo y es la inflación que tiene Brasil en un año.
-¿Qué sucede con el tema del gasto público?
-Espert destaca en la presidencia de Menem que la convertibilidad fue un buen programa para salir de la hiperinflación y significó un shock importante de confianza para atar nuestra moneda al dólar y mantenerla, pero no se hicieron las reformas estructurales necesarias para con esa propuesta económica y derivó en la crisis de 2001 – 2022 porque el estado siguió bastante más que sus posibilidades.
-¿Puede dolarizarse nuestra economía?
-Milei es quien habla de dolarizar pero parte de la oposición expresa que dolarizarán a $ 2 mil, $ 5 mil o $ 7 mil para mí es puro marketing político. Actualmente, tenemos un montón de tipo de cambio y desconocemos cuál es el verdadero valor del peso y del dólar; en cualquier propuesta económica seria hay que sacar el cepo y el mercado decida el valor del peso en relación al dólar para llegar a un equilibrio en algún momento aunque se sabe cuánto porque depende la confianza del mercado a las reformas que pueda hacer un presidente. Argentina es uno de los países que mayor cantidad de dólares tiene en posesión del privado. Tenemos alrededor de 300 mil millones de dólares en el sector privado. Los habitantes de nuestro país tienen debajo del colchón, en cajas de seguridad o afuera un monto equivalente a la deuda externa. La gente tiene dólares y el estado no tiene dólares. Entonces, los más optimistas dicen que si dolarizamos la economía esos dólares que tiene la gente se pondrán en el mercado.
-Tetaz propone una convertibilidad con el real de Brasil, ¿Tu opinión al respecto?
-Propone el real porque nuestro principal socio comercial es Brasil y lo ideal sería estar en sintonía. La moneda lo que hace es tratar de asimilar los niveles de productividad de cada economía y emparejarlos, a Brasil probablemente lo empareje hacia abajo y a Argentina hacia arriba sin tener asimetrías en relación al vecino país aunque abajo hay que hacer cosas para que un bien cueste más o menos lo mismo en Argentina que en Brasil si no hay disparidades que complican. En Europa todas las economías cambiaron sus monedas por el Euro y provocó que el Banco Central Europeo, manejado por los países más fuertes como Alemania y Francia, tuvo que poner dinero para que el resto de los países estén en condiciones de recibir flujo de inversiones para que sus economías se asimilen. El riesgo que corremos con Brasil obedece a que tiene una economía cinco veces superior a la nuestra con diferentes puestos laborales y es una posibilidad atar el peso al real.
La realidad es que los títulos son buenos para los diarios, para la televisión pero detrás necesitamos un montón de reformas que no se hicieron y se fueron profundizando; de no realizarse esas reformas podemos tener el dólar, el real, el peso fuerte o convertible ninguna servirá.
-¿El escuchar tantas propuestas significa que nuestra economía no está bien?
-Lógicamente, pero con nuestra moneda tenemos un problema histórico desde hace muchísimo tiempo. Recién en 1930 el Banco Central se independizó, se hizo parte del estado y a partir de ahí empezamos a tener empezamos a tener problemas con la moneda, le fuimos quintando cero, con diferentes denominaciones, la convertibilidad que mantenemos ahora pero con poco valor. Los políticos no le encuentran la vuelta a sostener el valor de la moneda y no se sostiene por las malas políticas que se aplican en términos de déficit, gastar más lo que entra y la emisión de mansalva a partir de un Banco Central que es una maquinita e impacta directamente en el valor de nuestro peso.
-¿El hecho que Alberto Fernández confirmara que no irá por una reelección cómo impacta en nuestro mercado?
-A esta altura era bastante cantado que no iba a postularse nuevamente como presidenciable e incluso es un alivio para un mercado que termina impactando en todo. Cuando el dólar se mueve no solamente le sucede al que puede comprar o al importador o exportador si no que impacta en la vida diaria cuando el dólar pasa de $ 400 a $440, no quieren vendernos mercadería porque el comerciante no sabe a qué precio la repondrá mañana. La decisión de Alberto Fernández alivia al mercado porque saber que no será candidato ayuda porque son muchos los que coincidimos que fue uno de los peores presidentes que tuvo el país y cualquier alternativa puede ser mejor, tomándolo el mercado de buena manera. Si Alberto Fernández que asumió con el peronismo unido y ahora le da la espalda, es mejor para el mercado que el peronismo tenga un candidato fuerte.
-¿La impresión acerca de la circulación del billete de $ 2000?
-Es una buena decisión aunque llega tarde, ya deberíamos tener de $5000 o $10000. Es una decisión costosa porque tenemos que importarlo en un momento que no hay dólares y durante mucho tiempo se estuvo tratando de mantener el billete de $ 1000 cuando actualmente cuesta más hacerlo que su valor y tendremos que traelo de afuera. Son medidas sin sentido que tiene la política en relación a que si empieza a circular un billete de $ 2000 la gente pensará que hay más inflación cuando claramente la población se da cuenta que el billete de $ 1000 ya no sirve para nada.
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