“La palabra belleza obedece a que la justicia observe la lucha de la mujer, el seguir viva y tratar de tener una vida digna, es precisamente muchas veces aquello que la justicia no ve”
“Si los juzgados vieran tu belleza”, es un libro que habla sobre la violencia de género a través del relato de siete historias en primera persona. El libro expone el recorrido institucional de éstas mujeres y el acompañamiento del equipo en cada historia vivida. Este proyecto autogestivo está formado por un equipo interdisciplinario integrado por la abogada y fundadora de ABOFEM (Asociación de Abogadas Feministas) Melisa García, la periodista Cecila de Vecchi y la psicóloga Marina Martínez. Con prólogo de Diana Maffia y editado por “Aleli”.
“Si los juzgados vieran tu belleza” será presentado este viernes 27 de septiembre en el Centro Universitario de Chivilcoy a partir de las 18.30 con la presencia de las autoras como asimismo también profesionales nucleadas en Abofem que estarán dando la bienvenida. En tal sentido, habrá un espacio de danza y estarán actuando: Magdalena Arce y Bárbara Pulgar.
En Radio del Centro, entrevistamos a la abogada, Melisa García, una de las autoras del libro que este viernes estará en Chivilcoy realizando una presentación que promete ser dinámica y tener mucha interacción con las personas concurrentes sin dejar de abordar una problemática actual, compleja aunque desde diferentes perpectivas como el ejemplar propone.
-¿Qué clase de historias contiene el libro?
-Particularmente es un libro que refiere al entramado de la violencia de género, la importancia de las redes feministas y particularmente la necesaria formación en género y perspectiva de género de los profesionales que trabajamos en esta materia que se acompaña todo el entramado de contar cómo operan las violencias a través del relato de siete mujeres, cada una con su historia particular atravesadas por diferentes situaciones de violencia y como van encontrando para poder continuar con sus vidas, algunas a través del camino judicial y otras no, pero siempre en red y trabajando con sus espacios más profundos de contención con el propósito de dilucidar la dificultad de la violencia.
También tiene la particularidad que la mayoría de éstos casos son mujeres representadas por mí como abogadas e hizo que al compartir sus relatos e historias tenga el valor agregado de todo el recorrido judicial de haber alzado su voz como asimismo poner en palabras ésta cuestión que se dice, y es real, que se denuncia para que ninguna otra atraviese por una situación de violencia.
-¿Cómo surge trasladar las historias de vida al papel?
-Una de las autoras, Cecilia de Vecchi particularmente es una de las que mujeres que brinda su testimonio y en un momento cuando veníamos transitando el recorrido como asimismo la dificultad judicial en relación a aquello que venía atravesando, que lo pone de manifiesto en el libro, surge la cuestión de contar aquello que viven las mujeres como escritora que es. A partir de ahí fue preguntar a las mujeres que había representado en casos de violencia de género si querían contar su historia y formar parte de un libro, recibiendo una respuesta positiva para luego pensar estratégicamente el poder contar diferentes tipos de violencia con la finalidad que la población pueda conocer como opera la violencia de género.
Hay casos de violencia política en el ámbito gremial y no se habla mucho en la sociedad, queda reflejada mucho a violencia psicológica y económica en alguno de los relatos que es muy importante debido a que es difícil de pensarla siendo los que más sobresalen debido a que en los demás hay un montón de violencias de mujeres que maternan y como se agravan esas violencias en adelante. Son muchas violencias operando y comienza a complejizarse cuando no es una sola, mientras que, cuando se llega a la física obedece a que todas las anteriores sucedieron o están sucediendo.
-¿A qué clases de violencias se hace referencia?
-Cuando se habla de violencia de género se la relaciona con la física únicamente pero hay mucha dificultad para que la sociedad comprenda la complejidad que existen otras clases de violencia aunque a la vez no busca en ningún punto ser teórico si no más bien vivencial y surge la cuestión de sumar a una psicóloga para poder contar como opera e impacta subjetivamente la violencia de género en la mujer que la padece. Concluimos que debía tratarse de una obra colectiva e interdisciplinaria con el agregado que es totalmente autogestiva dando cuenta que todas las encargadas de escribir el libro, quienes aportan sus testimonios y las personas que leerán el libro militamos por el feminismo, por la igualdad género y la erradicación de la violencia.
La violencia de género no solamente existe si no que permanentemente se convive socialmente con eso y también una parte del libro expresa que rota se sigue, rota se trabaja, rota se materna y tiene que ver con continuar pese a todas las cicatrices que toda la mujer lleva a lo largo de su vida.
-¿Qué belleza no están viendo los juzgados?
-El título me encanta porque es a libre interpretación y si bien tiene una intencionalidad porque el poner la palabra belleza obedece a que la justicia observe la lucha, el esfuerzo, el seguir viva y tratar de tener una vida digna y es precisamente muchas veces aquello que la justicia no ve, es lo que buscamos poner en valor no desde la romantización ni tampoco es un libro de autoayuda si no que se trata de sacar a relucir ese brillo oculto y que queda solapado en los expedientes judiciales, resultando fundamental en la vida de una persona.
Desde mi lugar de abogada conozco de una manera muy cercana aquello que sucede con la justicia pero cada una de las autoras de manera diferente contamos cómo fuimos atravesadas a lo largo de la vida por la violencia machista y se pone en valor desde el libro teniendo en cuenta aquello que cada una pudo hacer al respecto como asimismo por qué se eligió un determinado camino a seguir. Asimismo, buscamos dar un nivel de dignidad al momento de contarlo ya que si bien es un momento muy crudo el que cada una vivió, la manera de relatarlo es donde se dignifica debido a que las maneras de decir son muchas pero el libro en su totalidad pone en la balanza la vivencia desde la realidad y el amor es aquello que lo termina condesando como asimismo haciendo honor a su propio título.
-¿Hubo avances en el proceso de los casos de violencia?
-Se avanzó muchísimo y estamos en un momento donde la tolerancia respecto de las situaciones de violencia principalmente cuando tienen impacto público existe como una mayor conciencia que está mal y se empieza a desnaturalizar pero asimismo vivimos un momento de enorme retroceso en relación a todas las políticas de género que buscan proteger y erradicar las violencias a nivel nacional que terminan provocando un doble impacto; en ese doble impacto, nos encontramos cada vez con menos lugares especializados para radicar denuncias y termina generando un perjuicio aunque a la vez hay son muchas más las mujeres que empiezan a denunciar al comprobar efectos tales como una pena, personas con muchísimo poder en la sociedad reciben una condena por violencia de género que genera un efecto de romper con la creencia que opera de gente violenta aduciendo el quien te va a creer pero la realidad termina echando por tierra esos comentarios y es donde aparece nuevamente la idea que si se denuncia algo sucederá.
No obstante, todavía existe una gran deuda del estado en su totalidad para que los mecanismos se agilicen donde las y los profesionales que están trabajando directamente en la temática refiriéndome no solamente a jueces y juezas si no también a quienes están en la toma de denuncia, en equipos que forman parte de todo el entramado está faltando aún bastante para que se agilice y entienda la complejidad de la violencia de género e incluso el poder ir a denunciar un caso cuyo impacto no es solamente para quien denuncia si no también al entorno de la persona necesitándose de profesionales en la materia.
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