“La cita a ciegas me pareció que era una forma de acercar a los lectores desprevenidos a una lectura diferente de Julio Cortázar”
El pasado viernes en la tarde – noche chivilcoyana, la Biblioteca Popular ‘Dr. Antonio Novaro’ tuvo una ‘Cita a ciegas con Cortázar’ a partir de la propuesta de la periodista y editora radicada en España, Maríangeles Fernández.
La propuesta consistió en un taller de lectura sobre la obra del reconocido escritor, Julio Florencio Cortázar aunque en este caso fue más allá de la lectura porque el buen número de asistentes a la sala de lectura de la institución de la calle Moreno también tuvo que trabajar en grupo, dejar volar su creatividad a través de actividades artísticas como asimismo interpretar el texto que les tocó en suerte de ‘Historias de Cronopios y Famas’.
Una vez finalizado el taller, La Campaña dialogó con la periodista que coordina encuentros de arte sobre la lectura de Cortázar en el Centro de Arte Moderno de Madrid como asimismo en diferentes lugares de la República Argentina y diferentes sitios a los que llegó como lectora – investigadora de la obra del escritor que viviera durante 5 años en Chivilcoy.
En relación a una nueva visita a Chivilcoy, Fernández expresó: “Me siento muy feliz cada vez que vengo a Chivilcoy, una ciudad que amo particularmente en ocasiones que puedo visitarla. No puedo venir las veces que me gustaría hacerlo pero intento regresar cada vez que me es posible siendo mi primera visita en el año 2004 cuando conocí a Rosita Varzilio y a Elisa (Suárez) retornando luego en otras oportunidades. No obstante, estoy siempre en contacto con la ciudad a partir de un lindo vínculo que se estableció con Elisa y con su familia, lamentando muchísimo cuando murió Rosita porque era una referencia para regresar a la ciudad aunque ahora tengo otras”.
-¿Por qué una ‘Cita a ciegas con Cortázar?
-La cita a ciegas me pareció que era una forma de acercar a los lectores desprevenidos a una lectura diferente con una propuesta lúdica, desde luego, pero seria porque las reglas del juego son siempre para respetar y no traicionar el acuerdo que se hace entre lectores. Consideré que la lectura compartida desde un punto de vista lúdico, donde además la gente podía recuperar actividades que hacía mucho no ponía en práctica como dibujar, hacer una poesía o texto de reflexión, no es una cuestión tan sencilla de hacer y menos en grupos. Me pareció que podía ser una manera distinta de leer. Fue una cita a ciegas muy interesante donde salieron muchas nuevas amistades a partir del taller realizado en la Biblioteca.
-¿Cortázar invita a la creatividad?
-Teniendo en cuenta lo sucedido en el taller, la lectura de Cortazar invita a la creatividad porque a las personas que concurrieron al taller se les disparó la imaginación y estoy muy contenta con el resultado porque salieron cosas verdaderamente interesantes donde los asistentes sacaron de unos textos escritos en los años ‘50 reflexiones que nos sirven para analizar incluso el presente. Los textos que utilizamos en el taller de Cronopios y de Fama, aparentemente se los toman como muy leves pero todos, incluso las instrucciones para dar cuerda a un reloj, tienen un sustrato de preocupación sobre los aspectos importantes de la vida como el tiempo, la muerte, entre otras.
-¿Por qué toda la escritura de Cortázar terminó trascendiendo?
-Porque a partir de las cosas más cotidianas, como subir o bajar una escalera, Cortázar le hacía una posible una reflexión lúdica, divertida, triste o filosófica aunque siempre te obliga a pensar. De hecho, las propias cartas de Cortázar son piezas literarias principalmente en su primera época donde tenías más tiempo evidentemente sin la vorágine posterior a la publicación de ‘Rayuela’ y luego con sus preocupaciones de otro orden. Todas las cartas tienen un cuidado por el lenguaje, por la forma de expresarse y además son muy ricas en relación a que lo describen a él de una forma diferente con respecto a sus textos literarios; las cartas son un complemento perfecto para la literatura que escribió.
-¿A qué atribuye la vigencia de sus libros pese al paso del tiempo?...
-Para mí porque a las personas las sitúa en un lugar importante como lectores debido a que Cortázar quería lectores cómplices y entonces, la persona que lo lee se siente importante en esa invitación que lleva a pensar en común y por otro lado, todos sus textos están plagados de preguntas que todavía nos conciernen como seres humanos porque no da algo masticado si no que como lectores nos obliga a involucrarnos y en los tiempos que corren donde todo es tan frívolo a la gente le sigue interesando amén de la propuesta de lectura que él hizo con ‘Rayuela’ tan moderna, que es como saltar en Internet de un tema a otro, fue en el año 1963 y a los jóvenes les interesa porque no es una cosa acartonada a tal punto que el propio Cortázar parece muy joven cuando en realidad hubiese cumplido 110 años. En Chivilcoy, todavía se recuerda a ese Cortázar joven aunque siempre fue muy trabajador y dejó un rastro tan importante en la celebración de su persona, no solamente el escritor.
Cortázar siempre despierta una verdadera emoción como asimismo alegría, gratitud, no puedo ponerlo en palabras pero siento que leerlo provoca la bondad de la gente que se divierte, busca el otro lado de las cosas y en los tiempos que corren donde todo parece tan dramático como asimismo tan frívolo y obligado a un montón de cosas, no deja de ser un espacio de libertad que debe reivindicarse.
-¿Esperaba las diferentes interpretaciones sobre un mixto texto?
-Cada lector es diferente, único y original porque lee con su bagaje, con su propia historia de lector, con sus propias preocupaciones, con su cuerpo, con su experiencia vital y esa lectura compartida con otros pares que a su vez tienen las mismas características termina enriqueciendo, es lo que sucedió y por eso, no hay lectura unívoca debido a que cada texto tiene todas las interpretaciones posibles de acuerdo al lector que en ese momento lo esté disfrutando y me parece fascinante. Cada vez que hago un taller me encuentro con esos lectores y lectoras que aportan e incluso me enriquecen también como lectora.
-En la faz personal, ¿Por qué investigar y divulgar a Cortázar?
-Cortázar me hizo muy feliz como lectora muy joven y me obligó a situarme fuera de la norma en relación a aquello que se daba en el colegio, el lugar donde nos decían lo que debíamos leer. Cortázar me ofreció la posibilidad de leer desde una libertad autónoma y a partir de ahí, empecé a buscar otras cosas porque obligaba a pensar que había otras formas de leer, entonces me hizo muy feliz porque me divertía. Recuerdo que el primer capítulo que leí fue el 41 de ‘Rayuela’ que es absolutamente original y libre sin tener nada que ver con mis lecturas hasta ese momento; el capítulo del tablón que cruzan sobre la calle cuya protagonista concurre con una bata aunque por debajo está desnuda y para una literatura de la época era novedosa, rompedora y graciosa. Ya cuando llegué a la adultez, su lectura me ayudó a conciliar mi lado de acá y mi lado de allá siendo que también soy inmigrante de las dos orillas donde nunca se termina de ser de un lado ni deja de ser del otro lado, eso me lo enseñó Cortázar y me ayudó a conciliarme con lo que soy, soy de ambos lados.
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