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“Estamos formando una asociación más fuerte, más profesional y con mayor cantidad de información”

El Presidente de la Asociación de Ingenieros Agronómos de Chivilcoy y Alberti (AIACA), Roberto Ponsa contó en una entrevista con Radio del Centro acerca de la tarea que realiza la institución que preside.

El dirigente asumió en el cargo en reemplazo de Juan Pablo Cileiro para conducir los destinos que la entidad que núclea a profesionales no solamente de nuestra ciudad y de Alberti si no también de Suipacha y otras ciudades de la región.


-¿Qué es la AIACA?

-Es una asociación de profesionales de la agronomía, ingenieros zootecnistas y de producción agropecuaria que se conformó pada dar sustento a la regional norte y toda la provincia de Buenos Aires al nuevo Colegio de Ingenieros Agronómos y Forestales creado en el territorio bonaerense.

La profesión agronómica estaba aunada en colegios con otras profesiones un poco más distantes como la agrimensura, civil, metal y electro mecánicas. Una cuestión que adeudaba la provincia de Buenos Aires en relación a tener un colegio reservado para los Ingenieros Agronómos.

La intención es poder recurrir a las problemáticas inherentes a la profesión y que la sociedad pueda tener un espacio para poder hablar con todos los ingeriores agronómos de la zona, teniendo una representación local al respecto.

Son 173 ingenieros agronómos en la zona, somos unos cuantos y es una profesión relacionadas a las ciudades agropecuarias como sucede en Chivilcoy. Los médicos veterinarios como los ingenieros agronómos son parte importante del agro porque asesoramos a los productores.


-¿Los ingenieros agronómos a qué pueden dedicarse?

-Existen muchas ramas dentro de la agronomía principalmente la agropecuaria, pero un ingeniero agronómo puede estar a cargo de un olivar, en producciones de granjas, porcinas. En Chivilcoy, Alberti y Suipacha estamos más acotados a la producción agropecuaria como es soja, maíz, trigo y algo de girasol como asimismo la actividad ganadera como el tambo, producción de cría o de carne. Tenemos también algo de producciones intensivas en relación a invernáculos.

En mi caso, estoy más vinculado a la exportación y la cadena comercial de la producción primaria: producimos la materia prima, industrializamos y la podemos vender al mercado local a los exportadores o exportarlo nosotros mismos, es bastante amplia la tarea.


-¿La tarea de los ingenieros para con los fitosanitarios?

-Otra de las cuestiones que se ocupa la Asociación es generar tranquilidad en el manejo de fitosanitarios, estudiamos qué son, para qué usan, los riesgos que tienen. Hay una materia muy pesada, que es terapéutica vegetal, donde tuvimos que estudiar muchísimo todos los insecticidas, herbicidas, fungicidas, raticidas. Una materia que dura un año y aplicamos todo el día, la sociedad tiene grandes temores y asimismo mucha gente opinando, estamos los ingenieros agronómos para capacitar, decir lo que está mal hecho y no corresponde, como asimismo aquello que no causa daño y el impacto ambiental es muy modo o lo que se necesita corregir. Es la función de la Asociación para quien lo requiera.


-¿Qué rol cumplen los ingenieros agronónomos con el manejo de los fitosanitarios?

-Nos cuesta hacer entender aquello que sucede con los fitosanitarios, cómo se utilizan, en qué se deben usar, con qué aplicarse y haya un profesional responsable. Soy padre de dos nenas y cuando tengo que llevarlas a un pediatra pasan a estar cargo de un profesional con su matrícula, lo mismo pasa con un campo y una aplicación fitosanitaria, hay 173 ingenieros agronómos que pueden ser legalmente responsables para cualquier causa relacionada como lo es un arquitecto cuando se hace una casa.

El profesional agronómo tiene responsabilidad y un colegio de ética, la población periurbana debe empezar a buscar ingenieros agronómos para pedir explicaciones.

Existen muchas agrupaciones ecológicas, a las que defiendo y me encanta la idea de proteccionismo pero principalmente me agrada el profesionalismo porque estamos capacitados para desarrollar la tarea.

Chivilcoy y la provincia de Buenos Aires no atraviesan solamente la problemática si no que sucede lo mismo en muchas provincias e incluso en otros países porque tienen campos, tienen ciudades. No hay que crear el pánico si no mirar la realidad.


-¿La utilización es benéficia o no?

-La agricultura creció muchísimo en materia de fitosanitarios y en el caso del Siete de Oro, el insecto de moda por estos tiempos, es benéfico al alimentarse de polén y toda la industria protege a la fauna benéfica pero es muy directa a aquello que produce daños. Si la agricultura hubiese producido insecticidas más dañinos para el ambiente no habría Siete de Oro. Es muy difícil explicar en pocas palabras a los miembros de un Concejo Deliberante porque también pueden mezclarse los intereses políticos aunque lo que pretendemos los ingenieros agronómos es que vengan a buscarnos porque somos profesionales y es lo que ofreceremos, además somos los que ponemos la firma, tenemos un tribunal de ética, podemos ser acusados penalmente. Sabemos lo que hacemos, somos profesionales, estudiamos así que ante cualquier duda pueden consultarnos.


-¿Los proyectos para 2023?

-La intención es continuar con las capacitaciones, haremos un convenio con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires para que desembarque en Chivilcoy y la idea es también realizar un convenio con el Parque Industrial en relación a poder utilizar las instalaciones del Centro de Formación y poder traer los docentes de post grado de la Facultad de Agronomía a la ciudad. Hicimos un relevamiento entre los colegas y recibimos bastante aceptación, llamándonos la atención que no solamente obtuvimos buenas respuestas de colegas de Chivilcoy y la zona si no de otras regiones. Queremos se punta de lanza en la formación profesional de la región porque hicimos convenios también con empresas de ensayistas en distintos aspectos, tenemos los informes y conocemos aquello que están haciendo las empresas multinacionales respecto al nuevo paradigma de los fitosanitarios y poniendo en práctica años antes que el resto lo conozca.



-¿Qué clase de Asociación están buscando?

-Estamos formando una asociación más fuerte, más profesional y con mayor cantidad de información. Una Asociación que sirve a los profesionales de cualquier área, una ciudad de 70 mil habitantes y con un potencial económico bien marcado desde lo agrícola aunque un Parque Industrial pujante. Los profesionales del somos los ingenieros agronómos y médicos veterinarios con una fuerte injerencia, por lo tanto que exista una asociación donde se puedan juntar y capacitar es muy importante. A otros profesionales les agradaría sin dudas poder tener esta clase de fed back entre colegas como ocurre con los ingenieros agronómos.

Un colega que desee incorporarse no tiene más que contactarse, estamos funcionando en la sede de la Asociación Rural de Chivilcoy (avenida Villarino 69) y en las redes sociales como AIACA. Además, nos conocemos entre colegas y empiezan a contactar con nosotros con la intención de formar parte de la Asociación. Automáticamente nos ponemos en contacto, los entrevistamos, nos conocemos y hacemos miembro de la Asociación.


-¿La juventud sigue eligiendo la carrera?

-Es una carrera que tiene su afectación y de hecho, carreras intermedias como la tecnicatura agropecuaria, donde estamos vinculados con la Escuela Agraria de Chivilcoy, nos llamó la atención que la matrícula subió bastante en relación a estudiantes. De las Universidades estamos más distantes, no tenemos la información certera de la matrícula pero sí sabemos que crece año a año. Cuando comencé con la carrera de agronomía en los ‘90 éramos pocos y con el correr los años tuvo un crecimiento del 300 por ciento.



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