Auteri: "El parto respetado no es una elección, es un derecho que tenemos todas las mujeres"
Estamos en la Semana Mundial del Parto Respetado y este año el lema es: Respeto por las necesidades de la mamá y el bebé en cualquier situación.
Para conocer más acerca del Parto Respetado entrevistamos a Agustina Auteri, puericultora, quien desempeña su actividad en CAPI (Centro de Acompañamiento Pre y Post Natal Interdisciplinario).
Al dialogar con Radio del Centro, primeramente comentó: “Trabajamos de manera virtual a partir de las nuevas disposiciones y así brindaremos todos los cursos. Hasta la semana anterior estuvimos trabajando de manera presencial y virtual, con cupos limitados, afortunadamente tenemos bastante demanda y hasta donde nos permitía el espacio teníamos presencialidad y también nos desempeñábamos de forma virtual. A partir de las nuevas medidas seguiremos trabajando en la virtualidad”.
-¿Qué se hace en CAPI?
-Tenemos puericultoras, nutricionistas, parteras, pediatras, psicóloga perinatal y nuestra tarea consiste en acompañar familias en la etapa perinatal que es la gestación, nacimiento y primeros años de crianza. Conocemos a las familias, creamos lazos; vincularnos para poder generar confianza, conocerlas y de esa manera poder brindar la información que necesita, herramientas para llevar a cabo sus deseos. Brindamos cursos de pre parto, hacemos talleres para madres y bebés, para familias, consultas individuales.
Cuando damos cursos no decidimos aquello que las personas deben hacer sino que primeramente nos conocemos, queremos saber quién está del otro lado, cuáles son sus deseos, que necesita para brindar la información para que pueda tomar decisiones consciente.
-¿El surgimiento de la Semana Mundial del Parto Respetado?
-La Semana Mundial del Parto Respetado es una iniciativa que surgió en el año 2004 que fue impulsada por la Asociación Francesa para el Parto Respetado donde se hacen actividades a nivel mundial, se trabaja principalmente para brindar una información correcta al respecto.
Muchas personas se preguntan en relación a qué es un parto respetado: si es natural, sin anestesia, en la casa… se encuentra instalado ese mito que se trata de una elección aunque en realidad es un derecho que tenemos todas las mujeres, que en Argentina es ley y obedece al respeto de las necesidades de la mamá y el bebé.
-¿El lema de este año?
-Todos los años la Semana del Parto Respetado tiene un lema y este año es respeto a las necesidades de la madre y del bebé en cualquier situación.
Sin embargo, no tiene que ver la forma en la que se de el nacimiento porque un parto o nacimiento también estamos hablando de una cesárea. El respeto tiene que estar más allá de la manera en la que se desarrolle el nacimiento.
-¿Qué aspectos deben tenerse en cuenta en relación al respeto?
-Para empezar, tener en cuenta que la persona gestante debe ser considerada sana, capaz de tomar decisiones, tiene que poder participar de ellas durante el nacimiento, ser informada todo el tiempo, con derecho a estar acompañada, a que no se le haga ninguna intervención sobre su cuerpo sin informarla sobre los pro, sobre los contra y contar con su consentimiento, no ser separada de su bebé en ningún momento, poder decidir que posiciones quiere adoptar, si poder moverse y tenerla en cuenta como protagonista todo el tiempo de estas situaciones.
-¿Existe ese respeto?
-Notamos que en la mayoría de los casos no sucede y si bien hay circunstancias donde las mamás refieren tener una experiencia positiva, mayormente nos encontramos con madres a quienes obligan a estar acostadas, muchas veces les atan las piernas, les hacen un tacto sin pedir permiso, cualquier intervención debe ser informada y consentida.
Por supuesto que de existir un riesgo con el bebé no se pedirá permiso si le salvan la vida o no, pero sí que deben ser informadas.
En ocasiones sucede que nace el bebé por cesárea, la mamá está por detrás del campo quirúrgico y si no llora quizás ni se enteró que nació, puede pasar más de una hora sin saber si está bien, lo conoce recién en la habitación. Esa mamá tiene derecho a ser protagonista a esa cesárea, que todo el tiempo se la esté conteniendo, pregunten cómo está, que le vayan relatando qué está sucediendo, cuando nace su bebé se lo dejen tocar, besar, oler.
Una vez que le realicen los controles le informen como se encuentra. Son aspectos bastantes simples no estamos hablando de hacer una inversión, implica únicamente la voluntad por parte de los profesionales y tener un poco de empatía con esa persona que se encuentra transitando quizás uno de los momentos más trascendentales de su vida, además se encuentra en un estado de mucha vulnerabilidad.
-¿Qué diferencias pueden existir en el parto de una mujer y otra?
-Sabemos que un parto natural duele, sin embargo, hay experiencias cuando las mamás relatan sus partos, el dolor está pero es algo anecdótico porque la experiencia puedo ser muy positiva, pero otras lloran y cuentan cuanto les dolió, estando la diferencia entre una y otra en el acompañamiento y la contención. Una mujer que se está sintiendo acompañada, contenida, siente que es protagonista, dueña de su cuerpo y del proceso en todo momento, seguramente el dolor estará pero no habrá sufrimiento.
El problema es que una vez que los bebés nacen y están bien de salud, la mamá también, que con suerte se llevó algún punto y nada más, está todo bien pero en ocasiones no es así porque cuando hablamos de salud integral hay que tener en cuenta la salud mental.
-¿Qué puede ocurrir con la salud mental?
-Una mamá que vivió un proceso donde las cosas no salieron como esperaban, no se sintió bien, no se sintió acompañada ni protagonista seguramente la puede angustiar, afectar el vínculo con su bebé, también el inicio de la lactancia materna, repercutiendo directamente en el desarrollo de su bebé y el bienestar de ambos.
Hay mucho más riesgo de producir depresión post parto cuando los nacimientos en general se viven de forma traumática. Además está bastante subestimado, se habla poco y cuando ‘salió todo bien’ con un bebé sano, hermoso, se supone debés estar feliz y a las mujeres que atraviesan cualquier otra emoción que no sea felicidad y alegría tienden a reprimirla, sin contar aquello que les sucede porque muchas veces se encuentran que son juzgadas. Son aspectos que suceden, no que se eligen y deben ser tenidos en cuenta con la seriedad que se merece, asimismo ser acompañadas.
-¿Por qué continúa sucediendo lo descripto?
-Hay muchos factores pero es un tema cultural que viene desde hace mucho tiempo. Hubo un momento del parto en la historia que se consideró como una patología, se trasladó a las instituciones y todas las personas gestantes pasaron a ser consideradas enfermas. En un momento la Organización Mundial de la Salud en el año 1.985 salió a decir que el embarazo no es una enfermedad y empezó a tratar desde el centro de la escena al médico porque siempre todos estos procesos eran llevados a cabo según la comodidad del sistema médico que actualmente aún nos cuesta mucho revertir.
El nacimiento es un proceso fisiológico que debe ser acompañado pero que cuantas menos intervenciones tenga mejor es para la salud. Sin embargo, la violencia obstétrica es una de las más invisibilizadas, nos parece hasta normal parir acostadas pero es una posición antinatural y hasta sería raro que si a una mujer le permiten elegir la forma en la que quiere estar al momento de parir elija querer acostarse.
No obstante, estamos acostadas para la comodidad del médico, se instaló hace muchos años y nos cuesta salir de ese lugar.
Además de un sistema médico que se encuentra formado en la patología porque la mayoría de los miembros del sistema de salud como médicos, obstetras, parteras son formados en hospitales – escuelas donde aquello que se hace es intervenir para que pueda aprender a hacerlas y desconocen como es el proceso natural cuando no se interviene.
Todavía escuchamos cosas como a todas las primerizas hay que hacerle episiotomía que es el corte que se hace en periné porque no saben pujar, pero si no se respetan los tiempos naturales, sino las dejás estar de pie, moverse y no esperás que tenga el deseo de pujar es difícil; se la apura, se la acuesta y si se hace el parto con pujo dirigido no sabrá pujar porque se desvió todo del curso natural.
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